Si haces una excursión o realizas un itinerario por alguna zona de montaña, a finales de primavera o durante el verano, suele llamar la atención esta planta por sus llamativas flores de color amarillo dorado, dispuestas en racimos en la parte superior, con cinco sépalos y cinco pétalos y numerosos estambres.
Son flores muy delicadas pues pierden los pétalos con bastante facilidad. También se conoce como flor del sol, su nombre científico nos da la explicación, del griego helios: sol y anthos: flor. Florece de mayo a agosto.
Suele formar matas con una base leñosa y con hojas brillantes, opuestas, un tanto lanceoladas, y cubiertas de pelos estrellados por el envés. La planta resiste las épocas de sequía, durante el verano, por su raíz primaria que puede crecer hasta 50 cm y por sus raíces superficiales.
Como ya se ha expuesto es una planta bastante abundante en zonas de montaña, e incluso de alta montaña, aunque no exclusiva de estas zonas pues también crece en pedregales, fisuras de rocas calizas o silíceas, y en laderas y pastos secos.
Presenta una gran cantidad de subespecies, muchas de ellas cultivadas, por lo que en ocasiones nos podría originar algunas dudas en su identificación.
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