Es evidente que no todas las plantas alóctonas o procedentes de regiones lejanas manifiestan una pauta o conducta invasora, aunque es necesario insistir en el aspecto acogedor de la región asturiana, aquí suelen prosperar con facilidad debido a las excepcionales condiciones que encuentran.
La margarita africana es una planta ornamental de origen sudafricano que se ha naturalizado en Asturias desde principios del siglo XX, en lugares arenosos que bordean las playas. Por sus características aparece en zonas de dunas y arenales pisoteados. Propia de los ambientes marítimos, no soporta las heladas.
Es una planta de tallos cortos y rastreros que se desarrolla con facilidad, extendiéndose por el suelo, a través de sus estolones. Sus hojas, con largos peciolos, son liradas o en forma de abanico, con el envés cubierto de pelos blancos.
Florece en primavera, desde marzo hasta junio. Las flores se agrupan en capítulos solitarios muy llamativos de 3 a 5 cm. de diámetro, con largos pedúnculos sin hojas. De color amarillo vivo por la parte superior y púrpura por el envés. Las flores internas poseen una tonalidad oscura, negra y son hermafroditas.
Produce una gran cantidad de semillas, dotadas de un denso vilano, que son persistentes en el tiempo, por este motivo es una planta que se reproduce muy bien y se dispersa con mucha facilidad. Está considerada como planta invasora. Asilvestrada en la Península Ibérica, en arenales costeros, puede resultar peligrosa para los ecosistemas naturales de estas zonas.
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