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lunes, 23 de julio de 2018

Betónica - Stachys officinalis



   En otra época era utilizada para tratar y cicatrizar heridas infectadas, para atajar diarreas e inflamaciones de vejiga y para casos de neuralgias y migrañas. La raíz fue también usada como ingrediente para provocar vómitos. Durante la Edad Media se plantaba cerca de iglesias y monasterios, incluso se pensaba que alejaba a los malos espíritus.



   La betónica también se emplea para tratar los trastornos digestivos de los animales. Se recolecta la planta completa en flor, incluyendo su roseta basal, para secarlo todo a la sombra. Su nombre específico “officinalis” está justificado por estas viejas propiedades. Es una planta medicinal muy antigua, aunque en la actualidad ha caído en desuso y sus virtudes terapéuticas son poco reconocidas.



   Estamos ante una planta herbácea perenne de tallos erguidos cuadrangulares que suelen alcanzar los 60-70 cm de altura. Las hojas forman una roseta en la base y son ovaladas-lanceoladas. A lo largo del tallo no aparecen muchas hojas.



   Las flores forman inflorescencias al final del tallo en forma de espigas compactas y densas de color violeta o púrpura, especialmente atractivas. La corola está formada por un tubo que al final se abre en dos labios diferentes.



   Suele florecer entre mayo-junio hasta octubre, y es frecuente en toda la región asturiana. La podemos encontrar en praderías, pastizales, claros de bosques caducifolios, bordes de caminos, …… desde las zonas marítimas hasta la alta montaña.





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