Es una planta característica y frecuente en suelos calizos frescos y montanos de Asturias, creciendo en el sotobosque de hayedos, robledales, abedulares y bosques mixtos. El epíteto específico de su nombre científico hace referencia al nombre en latín de la isla de Irlanda, Hibernia. Abunda en todos los territorios atlánticos de Europa.
Posee un rizoma grueso y nudoso, de donde brotan numerosos tallos robustos, derechos y simples o poco divididos, con látex, que alcanzan los 60- 70 cm de altura.
Las hojas son anchas y delgadas, no pecioladas, con forma ovalada alargada y de margen entero a veces algo ondulado, con pelos esparcidos por el envés, donde en ocasiones pierden algo de color.
Las flores se reúnen en inflorescencias cimosas con cinco radios, y son muy singulares y llamativas. Cada flor femenina con un solo ovario y que cuelga de un pecíolo, está rodeada por cinco grupos de pequeñas flores masculinas formadas por un único estambre.
El conjunto de las inflorescencias obtiene una tonalidad verdiamarillenta, más fuerte hacia el ápice, que contrasta con el verdinegro del resto de la planta. Florece desde abril-mayo hasta junio-julio.
El fruto es una cápsula un tanto globosa y verrucosa, con surcos profundos, que contiene varias semillas gruesas, lisas, brillantes y de color blanquecino. Es tóxica.