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jueves, 17 de abril de 2014

Viborera - Echium vulgare



   Crece espontáneamente en los bordes de caminos, escombreras, cunetas y lugares sin cultivar. Muy frecuente en toda Asturias desde el nivel del mar hasta la alta montaña. No soporta la sombra, prefiere suelos secos y soleados. Florece desde abril hasta agosto.


   Es una planta bianual de entre 40 y 90 cm  con tallos cubiertos de pelos rígidos, pegajosos y casi punzantes. Las hojas son alargadas, de forma lanceolada.



   Las flores, de color púrpura al principio, se transforman luego en tonos azules o violetas. Destaca la presencia de 4-5 estambres más largos que la corola.



   Sobre el origen de su nombre vulgar existen diversas opiniones, todas muy válidas. Se cree que procede de la forma de la corola de la flor pues recuerda a la cabeza de una víbora, otros apuntan que produce semillas, 4 frutitos de unos 2 mm con algunas protuberancias en la superficie, que se parecen a la cabeza de este animal.



   Además, en la antigüedad se utilizaba como protectora frente a las víboras por la forma peculiar de sus ramilletes florales que se asemejan a una serpiente enroscada. Incluso se pensaba, equivocadamente, que tenía la propiedad de curar la mordedura de estos venenosos animales.



   Sus hojas basales son comestibles si se comen cuando están tiernas, nunca hojas viejas, pero está contraindicada en personas con problemas en el hígado por los alcaloides que posee.



   Las flores se emplean con fines medicinales. Las infusiones se usan para dolores reumáticos y obesidad, sus alcaloides aportan propiedades diuréticas contra la retención de líquidos y edemas del cuerpo. Estas infusiones de flores también son útiles para el tratamiento de tos y bronquitis, y en gargarismos para el dolor de garganta. Así mismo, se emplean cataplasmas de flores frescas, vía externa, para tratar las partes irritadas, cicatrices, forúnculos y uñeros.



   Por otra parte, es una de las especies más importantes para las abejas melíferas pues produce mucho néctar. El atractivo para las abejas radica en su color ya que estas flores ofrecen un contraste muy fuerte respecto al entorno.






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