Con la llegada del otoño, cuando parece que
toda la flora pierde intensidad con la caída de las hojas de los árboles,
podemos encontrar esta bonita flor en muchas zonas de pradería, claros de
bosque y bordes de caminos húmedos. Lugares bien drenados pues no tolera los
encharcamientos, aunque es capaz de soportar condiciones adversas como son las
heladas.
Es muy frecuente en toda Asturias a
cualquier altitud. Resulta fácil y muy atractivo localizarlas en los pastos de
alta montaña pues tiene algo de toxicidad, a diferencia de su pariente cercano
el azafrán de cultivo (Crocus sativus), por este motivo las vacas y animales de
pasto no las comen. Este es un detalle que siempre debemos tener presente, cuando los animales que pastan o hacen su vida cerca de una planta y nunca la
comen, siempre debemos desconfiar.
Son plantas vivaces que se desarrollan mediante
pequeños bulbos y sus hojas, que nacen en la primavera, se marchitan y
desaparecen a finales del verano, por lo que están ausentes en la floración que
se produce durante todo el otoño.
Las flores, muy vistosas, tienen forma de
embudo con un largo tubo, dividido en seis piezas semejantes de color malva. En
el interior encontramos los estambres, rematados en tres estigmas anaranjados. El
fruto es una cápsula membranosa dividida en tres cavidades, donde se alojan las
semillas.
El azafrán silvestre, además de ser un buen
productor de semillas, tiene la capacidad adicional de reproducirse a través de
estolones subterráneos que salen de sus diminutos bulbos.
Hola, justo hoy, sin haber visto este post, pubique el mio sobre este tema. Encantada de coincidir
ResponderEliminarEl azafrán silvestre llama la atención como flor de otoño, y persiste a pesar de la presencia de ganado por la toxicidad de sus pétalos. Tiene flores rosáceas muy atractivas. Encantado y agradecido por tu comentario. Un saludo
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