Es una planta que puede alcanzar más de un metro de altura, frecuente en toda Asturias, sobre todo en laderas que anteriormente estuvieron pobladas de árboles, también en matorrales, prados y pastizales.
Suele crecer a plena luz aunque soporta la sombra. En algunas zonas llega a formar gamonales. Una vez que se instala es difícil de eliminar.
Las hojas, dispuestas en torno a la base, son las primeras en salir y se parecen a las del puerro, pero la carne interior no es blanca sino amarilla y con un olor característico. Provista de raíces gruesas y tallos derechos, aunque desnudos de hojas y poco ramificados.
Las hojas de color blanco, con un toque rosáceo, están formadas por 6 piezas iguales. En ellas se aprecian seis llamativos estambres con los filamentos más anchos en la base. Florece desde abril hasta agosto.
Es preciso saber que esta planta en crudo es tóxica, especialmente las hojas, pues contiene asfodelina, la cual produce una aceleración del ritmo cardíaco y taquicardia, y en dosis elevadas puede producir la muerte por ataque cardíaco. Pero una vez cocida la toxina desaparece.
En cuanto a su uso depende, como con todas las plantas, de las zonas y de la cultura. La parte utilizada eran los primeros brotes, tóxicos en crudo, pero una vez cocidos estos puerros silvestres son más exquisitos y con una textura mucho más tierna que los puerros normales, … esto es lo que cuentan algunos.
Su raíz contiene gran cantidad de almidón por lo que en la antigüedad era utilizada para fabricar pan. También se dice que sirve para alejar los mosquitos. Sus frutos se han utilizado para la fabricación de alcohol o como aditivo de ciertos licores,…… y dejándolos secar como combustible.
En algunas regiones fue utilizada contra las irritaciones de la piel y dermatitis, frotando la zona dañada con el jugo que expulsan las raíces al cortarlas. Un dato curioso es que debido a que la planta es tóxica en crudo, es respetada por los animales herbívoros.
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