Es una llamativa planta, frecuente en toda Asturias, que crece en lugares encharcados y al borde de ríos, arroyos o lagunas; y florece de marzo hasta mayo o junio. Prefiere suelos ricos y nitrogenados por lo que es indicadora de zonas ricas en nutrientes.
Posee un bulbo que perdura durante el invierno, aunque las partes aéreas mueren y se renuevan cada año. El tallo, que puede alcanzar un metro de altura o algo más, va acompañado de la mayoría de las hojas las cuales tienen forma de espada, largas, estrechas y aplanadas.
Las flores, de color amarillo intenso, son las que atraen toda la atención y están formadas por tres piezas externas anchas que cuelgan y otras tres más cortas y estrechas que se mantienen erguidas.
Como planta medicinal, se utiliza el rizoma por su alto contenido en taninos y algunas otras sustancias activas. Los taninos son compuestos que tienen algunas plantas y poseen propiedades astringentes y antiinflamatorias por lo que son muy útiles ante diarreas y gastroenteritis, aunque para uso interno, como siempre mucho cuidado, no se debe abusar de los alimentos ricos en taninos.
Por este motivo se usaba para combatir los dolores de dientes, friccionándolos con un trozo de raíz. También se dice que despejaba la cabeza de malos humores ya que el jugo de la cepa, al introducirla en la nariz provoca gran cantidad de moco.
Al tener gran cantidad de taninos se utiliza para el curtido de pieles, precisamente de aquí viene el origen de la palabra tanino, para describir sustancias orgánicas que servían para convertir pieles crudas en cuero. Otro pequeño detalle, las semillas tostadas del lirio amarillo se utilizaron como sustitutas del café.
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