Es una planta especial en Asturias, posiblemente única, al ser holoparásita, no tiene partes verdes, lo que significa que carece de la capacidad de producir clorofila y por tanto no realiza la fotosíntesis. Su supervivencia depende totalmente de otras plantas donde ella introduce sus raicillas para absorber los nutrientes.
Vive en ambientes húmedos con poca luz, frescos y sombreados, donde parasita las raíces de hayas, castaños, avellanos, alisos, sauces, fresnos y otros más. En la región asturiana no es excesivamente frecuente aunque también prospera en los bordes de los bosques de ribera.
Su nombre científico Lathraea clandestina nos indica que la planta vive oculta bajo las hojas secas caídas de los árboles y que tan solo deja asomar sus flores, permaneciendo escondida la mayor parte del año. Es el mismo mensaje de su nombre popular "hierba de sotierra", que parece indicarnos que se trata de una planta que vive casi enterrada.
Posee tallos subterráneos muy ramificados de donde emergen numerosos fascículos de flores, que brotan al ras del suelo. Son flores grandes con un acentuado tono violeta purpúreo formando una compacta inflorescencia. La corola es bilabiada, y el labio superior es bastante más grande que el inferior y tiene forma de capuchón. Florece desde febrero-marzo hasta mayo-junio.
Los frutos son cápsulas ovoides que contienen semillas grisáceas y rugosas. Como anécdota final, añadir otro detalle que desconocía, parece ser que en Asturias antiguamente se utilizaba “para hacer bajar la regla y quitar la esterilidad”, por eso también se denomina popularmente como "hierba madrona".
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