Durante mucho tiempo ha sido utilizada como coagulante para cuajar la leche y por consiguiente en la elaboración de algunos quesos. Se vertía la leche a través de un colador trenzado con la planta Galium verum, de ahí su nombre vulgar de ´cuajaleche`.
Posee muchos tallos aéreos y suele crecer formando espesas matas. Las brillantes hojas son lineales, como agujas, y se disponen en grupos de 8 a 12 alrededor del tallo. Tienen el margen enrollado, son firmes y consistentes parecen acículas, y a menudo peludas por el envés.
Sus flores poseen un aroma agradable, a miel, pero es engañoso pues curiosamente la planta tiene un sabor muy amargo. Florece desde junio hasta septiembre, con una floración muy abundante. Cuenta la tradición que las flores se abren especialmente el día de San Juan, aunque en realidad podemos observarlas durante todo el verano.
Las diminutas flores presentan un llamativo color amarillo intenso o dorado, y se sitúan en grandes inflorescencias que surgen en la parte final de las pequeñas ramas, muy divididas. Tienen cuatro pétalos, sin cáliz, y cuatro estambres con largos filamentos.
Frecuente en toda la región asturiana desde la costa hasta zonas de alta montaña. La podemos encontrar en bordes de caminos, taludes, márgenes de cultivos y matorrales, pastos y prados pobres, ……. le encantan los lugares soleados y secos aunque tolera bien los rincones sombríos.
Muy conocida desde la antigüedad, en infusiones se ha utilizado como diurética y para las infecciones en las vías urinarias, y también para limpiar heridas y úlceras en la piel. Sobre esta planta se conservan extrañas leyendas de otras épocas, considerada como liberadora de hechizos. Los germanos colocaban ramilletes de cuajaleche en las camas de las parturientas y en sus zapatos para acelerar el parto.
No la conocía, creo que por dónde me muevo no está presente. Buena información la que aportas
ResponderEliminarEs frecuente localizarla a las orillas de caminos y carreteras locales. Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.
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