Muy abundante en toda la región asturiana desde la costa hasta la montaña, y conocida en las zonas rurales pues los pelos de la ortiga pican y ´queman` produciendo un molesto escozor irritante debido al veneno que libera la planta al contactar mínimamente con la piel, es inofensivo. De ahí su nombre científico ´urtica`, palabra latina que significa quemar.
Posee una raíz gruesa, una especie de cepa de donde brotan numerosas raíces rastreras y se forman rizomas que ayudan a la expansión de la planta si las condiciones son favorables. De aquí surgen ramificados tallos derechos y cuadrangulares que pueden alcanzar 1 a 1,5 m. de altura.
Las ortigas se reconocen fácilmente por sus hojas dentadas, grandes y opuestas de dos en dos, ovaladas y un tanto acorazonadas o triangulares, acabadas en punta. De verde oscuro o intenso por el haz, un poco más claras en el envés y tienen gran cantidad de pelos urticantes.
Sus flores son pequeñas y densamente agrupadas en inflorescencias o glomérulos. Como su nombre científico nos señala, es ´dioica`, significa que unas plantas poseen flores femeninas y otras distintas flores masculinas.
Crecen con enorme facilidad en bordes de caminos, lugares no cultivados o abandonados, cerca de cuadras y viviendas, prados, …….. especialmente en suelos nitrogenados. Muy común en toda Europa, en la Península Ibérica se extiende de manera especial en la cordillera cantábrica.
Querida y odiada a la vez, considerada una mala hierba por su carácter irritante, la ortiga se ha utilizado como planta medicinal desde tiempos ancestrales, empleada para trastornos digestivos, anemia, reumatismo, problemas dermatológicos, ………. también se puede consumir como verdura silvestre.
En los últimos años las propiedades de esta planta se han revalorizado, es fácil encontrarla en tiendas especializadas dedicadas a plantas medicinales y fitoterapia.
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