Se expande por la mayor parte de Europa. En Asturias no es una planta muy abundante pero podemos contemplarla, se localiza dispersa en lugares diversos. Crece en bordes de caminos y rincones cercanos a cuadras, muros o riachuelos, también en herbazales húmedos nitrificados, especialmente en zonas próximas a lugares habitados...... desde la costa hasta la alta montaña.
Es una planta de ciclo bienal, durante el primer año solamente brotan la raíz y las hojas basales, para concluir su desarrollo y floración en el segundo año. En ocasiones, toda la planta está cubierta de un pequeño pelillo espeso que le da un aspecto blanquecino.
Posee un porte erguido y ascendente, con tallos ramificados de sección poligonal que sobrepasan los 150 cm. de altura, procedentes de largos rizomas que dan fuerza y consistencia a la planta. Las hojas basales son grandes, acorazonadas y ásperas con un largo peciolo hueco. A lo largo del tallo las hojas son alternas y más pequeñas con el borde ondulado.
Las flores se agrupan en inflorescencias o capítulos solitarios, o agrupados en racimos terminales a lo largo de las ramas. Cada capítulo está rodeado por un involucro globoso con brácteas que terminan en forma de gancho, formando un peculiar y llamativo conjunto.
Son todas hermafroditas, tienen los dos sexos en la misma flor, y flósculos, es decir muy pequeñas, en forma de tubo y con cinco pétalos. En este caso la corola es de color rosado-violeta. Florece entre junio-julio y octubre-noviembre.
En ocasiones los frutos quedan enganchados a las ropas o en los animales que transitan cerca de la planta, lo cual le ayuda a propagarse a amplias distancias. En este sentido sus flores, y la propia planta, son conocidas en algunos lugares con el nombre popular de pegamanos o pegotes, que posiblemente tenga relación con antiguos juegos entre niños y niñas que disfrutaban lanzándolos unos contra otros pues quedan pegados con mucha facilidad en la ropa y el pelo.
También es una destacada planta en la fitoterapia actual debido a sus propiedades diuréticas y antiinflamatorias. Sus cualidades han sido aprovechadas desde la antigüedad como complemento para combatir y prevenir algunos problemas de salud. También como aliada de la belleza, ya que, tanto sus raíces como sus brotes y tallos, tienen sustancias antioxidantes que podrían ayudar a regenerar y proteger la piel.
En algunas zonas se le ha dado el sobrenombre de “sanalotodo”, debido a sus facultades para curar todo tipo de heridas. Pero mucho cuidado, recuerda que no existen remedios milagrosos y las cualidades de esta planta no son la excepción. Ante cualquier situación o duda, lo mejor es acudir al médico.
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