Diente de león - Taraxacum officinale

 
   Se trata de una planta muy abundante y popular en toda Europa, naturalizada y extendida por todos los continentes. Inconfundible. En algunas zonas existe la costumbre de coger en la mano un tallo con el esférico vilano y soplar, con la ilusión de que ´traerá buena suerte`.

   Su nombre genérico ´taraxacum` procede de los vocablos griegos ´taraxos` que significa enfermedad y ákos` que indica remedio, en referencia a la gran cantidad de propiedades medicinales que posee esta planta, muy aprovechada en herbolaria o fitoterapia. 

   Posee una gruesa y carnosa raíz, de donde salen las hojas que poseen un borde dentado y formando numerosos lóbulos triangulares, componiendo una llamativa roseta basal. En los países mediterráneos se consumen en ensaladas primaverales depurativas, con sus brotes más tiernos.

   Sus flores destacan por su vibrante color amarillo, en contraste con el verde de los prados, situadas al final de un grueso pedúnculo cilíndrico hueco y sin hojas. La inflorescencia abierta que se forma está compuesta de un elevado número de diminutas florecillas, y es muy vistosa. El diente de león florece durante casi todo el año, especialmente desde enero a mayo y durante el otoño.

   El fruto es un aquenio en forma de esfera compuesta por finos y frágiles pelos, una cabezuela globosa, el vilano, que se deshace fácilmente consiguiendo una excelente diseminación de las semillas por lo que se extiende con facilidad. Aunque en ocasiones es considerada como mala hierba, en Asturias tiene gran importancia apícola.

    Debido a su popularidad se la conoce con nombres muy diversos en cada zona o región, achicoria amarga, meacamas, amargón, pelusilla, lechuguilla, llechares, …….. Muy cuantiosa en bordes de caminos, cunetas, prados, campos cultivados o nitrificados y herbazales de toda Asturias. Exclusiva, da un líquido lechoso cuando se corta, incluso en la raíz.

   Como planta medicinal tiene muchas aplicaciones y desde hace muchos años se le han atribuido diversos usos curativos (hepática, diurética, anemia, colesterol, …….). Sus hojas contienen gran cantidad de hierro y vitaminas A y C, llevando más hierro y calcio que las espinacas u otras hortalizas .También sigue siendo muy útil para los cuidados oculares. 

   Como planta depurativa, suele aconsejarse para eliminar del organismo los elementos tóxicos, actúa en el hígado, vesícula biliar, y evitando la aparición de piedras en el riñón. Para estas curas depurativas las hojas y flores se recogen en primavera. De aquí le viene el popular nombre de “meacamas”.

   Se recolectan las raíces, tallos, hojas y flores. Las raíces se lavan a fondo, se cortan a lo largo y se ponen a secar. Los tallos se recolectan antes de la floración, a veces junto a las raíces. Atendiendo a la tradición popular, en periodos de escasez, la raíz seca era utilizada como producto sustitutivo de la achicoria, que a su vez reemplazaba al café.