Es una de las plantas más habituales de nuestra zona rural, muy conocida y apreciada por sus llamativas flores, con una corola dividida en dos labios separados. Su nombre científico Lamium significa boca abierta, y pertenece al grupo de las Labiadas.
Es una planta perenne de 30 a 80 cm, algo vellosa. Los tallos, de sección cuadrangular, nacen un poco tumbados pero luego se enderezan. Sus numerosas hojas poseen peciolo, a menudo manchadas en el haz especialmente durante el invierno, son acorazonadas o triangulares, pelosas en ambas caras, y con los bordes dentados.
Las flores son rosadas, purpúreas, raramente blancas (Lamium album) y forman grupos numerosos en los nudos de la parte alta del tallo. Posee cuatro largos estambres protegidos por el labio superior, los dos centrales son más cortos, colocados de tal manera que cuando un insecto entra buscando el néctar, el polen queda pegado en la parte superior de su cuerpo para así polinizar a la siguiente flor.
Ciertamente es muy frecuente. La podemos encontrar en bordes de caminos, setos, prados, bordes de cultivos, en lugares preferentemente sombreados, bastante nitrificados y húmedos, por este motivo es normal encontrarla en cualquier lugar donde habita el hombre o el ganado, desde el nivel del mar hasta por encima de los 1000 m. de altitud.
Florece durante todo el año, especialmente de abril a octubre, y es muy común en toda la península ibérica. Al tener un período de floración tan largo se ha convertido en una fuente permanente de néctar para muchos insectos.
El nombre popular de "Ortiga muerta o falsa ortiga" expresa en un sentido la semejanza con la ortiga mayor (Urtica dioica) y por otro que no te pica, es decir que la puedes coger tranquilamente. También llamada ortiga fétida o chupamieles.
Para sombra
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