Es una de las plantas primaverales más populares y características de nuestros bosques pues se benefician de la luz solar antes de que broten las hojas de los árboles y llenen de sombra la zona de sotobosque. Por este motivo suelen florecer desde febrero-marzo hasta mayo.
Posee unos rizomas o tallos subterráneos que se extienden con facilidad y posibilitan la expansión de las plantas, de esta manera ocupan amplias zonas de bosque. De estos rizomas salen tallos con hojas alargadas de tres en tres, y por encima una sola flor. También poseen otras hojas basales independientes del tallo de la flor.
Las solitarias flores resultan muy vistosas y atractivas, con 6 a 8 pétalos de color variable, habitualmente blancos, otras veces rosados e incluso morados. En el centro poseen gran cantidad de estambres con las anteras amarillas, rodeando a numerosos carpelos con los frutos venideros.
Las plantas son bastante delicadas, con tallos débiles, y si arrancamos una se marchitan con facilidad. Por la noche y en días muy nublados las flores se cierran y se inclinan. Con la claridad o al salir el sol se abren de nuevo.
A la nemorosa o anemona de los bosques la podemos encontrar en cualquier tipo de bosque, praderas, brezales, …… con suelos frescos o húmedos desde el nivel del mar hasta la alta montaña. Aparece en toda Europa, en la Península Ibérica en la zona norte.
Esta hermosa planta perenne pertenece a la familia de las ranunculáceas, y a lo largo de la historia ha sido bastante conocida y considerada por sus propiedades medicinales, pero al ser tóxica y peligrosa está en completo desuso y no es aconsejable. Incluso el ganado puede sufrir problemas y alteraciones al comer estas plantas.
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