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jueves, 19 de diciembre de 2019

Falsa ortiga blanca-Ortiga muerta-Lamium álbum



   Las plantas del género Lamium, procede del vocablo griego Lamios y significa ´boca abierta`, son muy abundantes en la región asturiana popularmente conocidas como ortigas muertas o falsas ortigas, y suelen crecer al lado de las ortigas comunes, urtica dioica, respetadas por sus pelos urticantes.



   La falsa ortiga blanca suele prosperar en bordes de caminos, zanjas, muros, montones de estiércol, ……… en general indicadora de suelos nitrogenados. Con frecuencia comparte espacio al lado de ´lamium maculatum`, con flores rosadas, y las citadas ortigas comunes.



   Se trata de una planta muy vellosa, de 30 a 80 cm. de altura, con tallos derechos y frondosos, cuadrangulares y huecos. Sus hojas son grandes, opuestas, con el limbo entre ovado y acorazonado, bordes dentados y un tanto aserrados, pecioladas y terminadas en punta. 



   Las flores se sitúan en conjuntos cuantiosos que nacen en las axilas de la parte alta del tallo. Posee un cáliz con cinco dientes largos y lanceolados, y una corola grande, blanca, abierta al final en dos labios separados, el superior abombado como un casco y peloso por fuera. Si abrimos un poco su boca se aprecian cuatro estambres protegidos por el labio superior.



   Es una planta que está bastante extendida por todo el planeta, y sus propiedades han sido descritas desde hace varios cientos de años. Además se dispersa con facilidad pues sus semillas tienen una gran capacidad de germinación. Florece desde principios de primavera hasta finales de verano.



   Como planta medicinal se recolectan sus flores, en tiempo seco y a mano, que se colocan rápidamente en capas finas a la sombra para secar. Se debe conservar en lugar oscuro. Contiene sustancias interesantes: mucílagos, taninos, saponina y glucósidos.



   Las infusiones, 2-3 cucharaditas por taza, son eficaces para la expectoración, contra las hemorragias uterinas, como diurético, para catarros, insomnio, problemas de vejiga y riñón, ……. Una infusión más fuerte, en aplicación  externa para lavado de erupciones dérmicas, quemaduras, hemorroides y varices. Con hojas de ortiga blanca, un poco de manteca o margarina y patatas se hace una buena sopa para los estómagos delicados y débiles.



miércoles, 4 de diciembre de 2019

Campanillas, Dedal de la bruja – Campanula rotundifolia



   El género Campanula comprende cerca de 300 especies por lo que suele ser muy variable con numerosas subespecies, aunque se puede añadir que en Asturias no es especialmente difícil identificar a las más frecuentes, ésta es una de ellas.



   La podemos encontrar en cualquier lugar, le encanta los lugares luminosos pero también soporta la sombra. Bastante frecuente en grietas de rocas y muros, pradería pobre, brezales, márgenes de bosques, orillas de caminos, ……



   Posee un rizoma bastante ramificado de donde salen abundantes tallos aéreos, los cuales son ascendentes y derechos pudiendo alcanzar los 80 a 90 cm de altura, aunque habitualmente son más pequeños.



   Sus hojas inferiores son pecioladas y redondeadas arriñonadas con forma de corazón, pero no solemos apreciarlas pues  duran muy poco y suelen estar secas durante los meses de floración, sin embargo las hojas procedentes del tallo son alargadas o lineales, muy estrechas y sin peciolo, de más de 2 cm de longitud.



   Las flores son anchamente acampanadas, llamativas, de color azul intenso o violeta, raras veces blancas, con una corola dividida en cinco pétalos triangulares con una ligera doblez hacia afuera, y un cáliz con dientes lanceolados hacia atrás. Forman inflorescencias en racimos, a veces con una flor única. Tiene un largo período de floración desde finales de primavera hasta el otoño, dependiendo del lugar, más o menos entre junio y agosto-septiembre.



   Crecen en todo el hemisferio norte y dada su abundancia existen diversos cuentos y leyendas sobre esta conocida campanilla azul, asociadas a las brujas y hadas malignas. Muy considerada y utilizada como ornamental en muchas regiones de Finlandia. 




lunes, 26 de agosto de 2019

Cuquiellos, boca de dragón - Antirrhinum braun-blanquetii



   En la Cordillera Cantábrica entre algunos roquedos y pedregales emergen llamativas plantas que luchan contra problemas muy exigentes, entre los que destacan las grandes oscilaciones térmicas entre el verano y el invierno, entre el día y la noche. 



   Son plantas que necesitan un especial poder de adaptación para poder sobrevivir, quizás por este motivo en las zonas de montaña se producen espacios singulares o peculiares donde proliferan especies de plantas endémicas, en Asturias más de un centenar.



   Los ´cuquiellos`o ´boca de dragón` es una planta endémica del norte de la península ibérica, siendo bastante frecuente en tierras del centro y oriente de la región asturiana. Crece en fisuras y rellanos de roquedos y pedregales de valles y montañas calizas, taludes, bordes de caminos, …….



   Se trata de una planta perenne que puede alcanzar los 120 cm, con tallos gruesos más o menos derechos, cubiertos de hojas alternas entre lanceoladas a elípticas de hasta 7 cm de longitud, habitualmente lampiña o sin pelos, aunque la inflorescencia si está cubierta de pelillos.



   Suele llamar la atención por el curioso contraste que nos ofrecen sus vistosas flores amarillas, de intensidad variable y que también poseen unas zonas blanquecinas. Las encontramos formando inflorescencias, en racimos de 5 a 30 flores, con hojuelas o brácteas que sobrepasan los botones florales.



   Su corola cilíndrica, con dos grandes labios y venas amarillas, termina en forma de saco con un corto espolón. En el interior del tubo posee cuatro estambres. Florece desde mayo-junio hasta julio-agosto dependiendo de las zonas.



   El fruto es una cápsula pelosa y redondeada que se abre para dar paso a las semillas, las cuales son venenosas si se tragan. El género ´antirrhinum` está formado por una veintena de especies, la mayoría endemismos que se han originado en la península ibérica.



viernes, 9 de agosto de 2019

Cardo azul, cardo de la Magdalena - Eryngium bourgatii



   En esta ocasión estamos ante una planta singular, inconfundible por su coloración azul, una variedad endémica del norte de la península ibérica, especialmente en la Cordillera Cantábrica, también en Pirineos y norte del Sistema Ibérico.



   Ciertamente es un cardo que llama la atención cuando transitamos durante el verano por algunas camperas o pastizales de las montañas asturianas. Poseen una raíz gruesa y tallos derechos que entre los 30 y los 50 cm de altura, simples o ramificados en la parte superior.



   Las hojas son anchas y duras, verdes con nervios y manchas blanquecinas, divididas en segmentos lanceolados, espinosos y punzantes, las basales forman roseta. 



   Las flores brotan en la parte alta de la planta formando inflorescencias en forma de cabezuelas redondeadas, que al estar protegidas por hojuelas estrellas y muy afiladas, tienen apariencia o aspecto de estrella. Florece entre junio-julio hasta agosto.



   Quizás por su color azul, en ocasiones muy intenso en otras más pálido, sus flores son melíferas, pero no solamente atraen a las abejas y otros insectos, también rebecos y jabalíes están encantados con estos llamativos cardos pues sienten gran aprecio por sus carnosas raíces.



   Crecen en camperas y praderas de montaña y alta montaña, también frecuentan pedregales y zonas rocosas. Más abundante en la zona central y oriental de Asturias, dicen que “donde se cría el prau da buena herba”. Por su vistosa apariencia es muy conocido y posee diversos nombre populares como cardu burreru, cardu del puertu, escayos azules, …….



   En algunas zonas todavía se utiliza como desinfectante para curar llagas y heridas. Los pastores usan este cardo azul para hacer infusiones y luego limpiar y tratar las heridas de vacas y caballos. Sin olvidarnos de su uso como planta ornamental en el interior de las casas.