Asturias entre el mar y la montaña, es lo que parecen indicarnos este llamativo cardo que frecuenta las costas asturianas junto con el cardo de La Magdalena o cardo de los puertos que abunda en las zonas de sierra o montañosas.
Los dos ejemplares pertenecen al mismo género de plantas herbáceas, Eryngium, por lo que poseen características comunes o muy similares; y las dos reciben el nombre vulgar de ´cardo` pues ciertamente lo parecen, pero en realidad son umbelíferas.
El cardo de mar crece en zonas arenosas del litoral, formando parte de los sistemas dunares, tanto de las dunas primarias o móviles como de las secundarias; también en zonas de playa. Bastante habitual a lo largo de todo el litoral de la península ibérica, incluyendo la costa mediterránea.
Esta planta puede alcanzar los 50-60 cm. de altura, de color verde azulado, y muy espinosa, brota de un rizoma profundo que le permite sujetarse a los sustratos arenosos. Sus tallos son derechos, robustos y ramificados sobre todo en la parte más alta.
Hojas rígidas o coriáceas, acorazonadas-arriñonadas, con lóbulos espinosos extendidos y márgenes sinuosos. Numerosas flores formando cabezuelas globosas protegidas por brácteas rígidas con lóbulos espinosos. Cada una de las diminutas flores posee 5 pétalos estrechos y azulados, con largos estambres que sobresalen. Florece desde mayo-junio hasta agosto-septiembre.
El cardo marino posee una serie de propiedades medicinales contrastadas. Diurético, favorece la eliminación de líquidos corporales, apropiada para enfermedades que generan acumulaciones de agua y líquidos en el cuerpo. Expectorante en casos de catarros o gripe. Estimula la sudoración ayudando a eliminar toxinas. Purifica la sangre en casos de problemas en las vías urinarias, piedras renales, ……… Siempre con consulta médica.
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