Incluida dentro de las plantas alóctonas invasoras tenemos a esta llamativa ´capuchina`, una especie introducida como ornamental, al igual que muchas otras, y utilizada con frecuencia en jardinería.
Naturalizada en la región asturiana desde hace unos cuantos años, se encuentra bastante dispersa, principalmente en zonas costeras o de baja altitud. Originaria de América del Sur, desde Perú a Colombia.
Habitualmente se localiza en lugares próximos a viviendas, con suelos nitrogenados. También invade zonas alteradas, escombreras, setos, orlas de bosques, huertas abandonadas, bordes de caminos, ………
Reptante y trepadora, crece esparcida por el suelo o suspendida en taludes, con tallos delgados y abundantes. Sus hojas son alternas, redondeadas y levemente ovaladas. Los peciolos se encajan en el centro del limbo de las hojas, de donde salen abundantes nervios radiales. El cáliz está rematado en cinco lóbulos, con un largo espolón dorsal.
Sus vistosas flores, solitarias y con largos peciolos, muestran una coloración amarilla, anaranjada o rojiza, las superiores con manchas oscuras. Poseen cinco pétalos y ocho estambres. El fruto es una cápsula compuesta por tres fracciones carnosas, con una sola semilla en cada parte.
Florece en primavera y verano, desde abril-mayo hasta septiembre, aunque en zonas de costa es fácil encontrar flores durante todo el año. No soporta la sequía prolongada y es muy sensible a las heladas.
En las zonas mediterráneas al llegar el verano la parte aérea se muere, y vuelve a rebrotar durante el otoño cuando el clima es más suave y húmedo.
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