Ciertamente la amplia familia de las exóticas trepadoras, la mayoría originarias de América del Sur y Central, se ha extendido mucho con el paso de los años. En la actualidad se cultivan extensamente en parques y jardines de muchas casas.
La pasionaria es una de estas plantas ornamentales y trepadoras, con flores cuya estructura es plenamente sugestiva por su bellísima y compleja composición.
Es una trepadora leñosa si encuentra algún elemento próximo o tiene árboles o arbustos a su alcance, capaz de llegar hasta los 15–20 m de altura. Curiosamente actúa como una planta perenne en climas tropicales y es caducifolia en zonas de inviernos fríos.
En este sentido a pesar de su procedencia tropical con climas cálidos, soporta muy bien las temperaturas templadas y es muy resistente.
Las hojas se alternan a lo largo del tallo, son palmadas o con forma de mano abierta, es decir con 5-7 lóbulos de color verde. De la axila de cada hoja surge un zarcillo enroscado de 5–10 cm de largo que le permite sujetarse al soporte.
Las flores son grandes y solitarias que se abren durante el día, con 5 pétalos y 5 sépalos blanco verdosos y con una corona de numerosos hilos que están fijos al tubo del cáliz. Cada filamento de la corona es tricolor: azul en el ápice, blanco en el medio y púrpura en la base. Florece desde mayo-junio hasta septiembre.
Sus artísticas composiciones florales son hermafroditas y poseen 5 estambres con vistosas anteras alargadas y amarillas, con tres estilos púrpuras parcialmente curvados con estigmas marrón claro. En realidad, el diseño y combinación de color que genera cada ejemplar es fascinante.
Los frutos son bayas grandes que tienen una piel áspera, en forma de huevo de color naranja cuando maduran, y contienen numerosas semillas. Estos frutos constituyen el alimento de mamíferos y aves los cuales dispersan las semillas.
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