Como su propio nombre científico nos señala estamos ante una pequeña planta que suele hacer honor a su condición de ´vulgar` por todas sus cualidades pues tiene una presencia discreta y débil, no posee usos ni propiedades especiales, y en Asturias suele pasar desapercibida y es poco conocida a pesar de su allegada presencia.
Se trata de una planta ruderal que habita en cunetas, bordes de caminos, terrenos removidos, cultivos, herbazales, …….. le encanta los lugares soleados, algo húmedos y nitrogenados.
Frecuente en la región asturiana y también en toda la Península y Baleares. Nativa del continente europeo y extendida por casi todo el planeta, en algunos lugares está considerada maleza e incluso invasora.
La planta puede alcanzar los 40-60 cm de altura y posee tallos huecos, ligeramente carnosos y ramificados, con hojas alternas y lanceoladas divididas en lóbulos irregulares que a veces tienen una espesa pelusa o vello blanquecino claramente visible, telarañenta, de ahí el nombre vulgar ´hierba cana`.
Florece durante todo el año, especialmente desde enero hasta junio, y genera cantidad de inflorescencias colocadas en capítulos cilíndricos que se estrechan en la abertura, formadas por numerosas flores amarillas, creando unos particulares racimos terminales.
Si nos fijamos con detenimiento vemos que las brácteas o falsas hojas que envuelven o abrazan a los capítulos son verdes con una punta negra, y las amarillas flores, sin pétalos, apenas exceden del soporte que tiene forma de tubo, los contrastes son llamativos.
Los diminutos frutos poseen vilanos pilosos de color blanquecino que suelen conseguir un singular encanto, preparados además para lograr una provechosa dispersión.
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