Planta endémica del norte de la Península Ibérica y suroeste de Francia. En la región asturiana es relativamente frecuente en el centro y oriente, en rellanos, grietas y lugares más o menos pedregosos sobre rocas calizas, pastizales y matorrales. Prefiere lugares secos y soleados en sierras y montañas.
Cuando la encuentras llama la atención por su particular colorido y disposición. Suele formar pequeñas matas rastreras y espesas, cubiertas de numerosos pelillos.
Los tallos son algo leñosos y tendidos, con hojas opuestas cortamente pecioladas y limbo redondeado con el margen formando diminutas ondas. Posee nervios marcados por el envés.
Las flores se agrupan en cabezuelas terminales y tienen un cáliz piloso con cinco dientes. La corola es grande y con dos colores: blanca, crema o amarillenta y lóbulos rosados o purpúreos.
Esta planta pertenece a la familia de las Labiadas, su corola es tubular y termina en un único labio, por encima asoman cuatro estambres, el estilo y estigma. Florece desde junio hasta agosto-septiembre.
En algunas guías y por internet se expone acerca de las cualidades medicinales de sus cabezuelas florales, pero mucho cuidado, es preciso añadir que tanto sus hojas como sus flores son tóxicas. Por favor mucha precaución con algunas plantas, especialmente si no conocemos con seguridad sus propiedades.
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