Muy abundante en toda la región asturiana, desde zonas de costa hasta la alta montaña, la podemos encontrar en lugares muy diversos, como bordes de caminos, cunetas, taludes, zonas pisoteadas, terrenos baldíos o abandonados, pastos y herbazales de suelos húmedos, incluso en ocasiones aparecen en zonas urbanas, en bordes y grietas de aceras donde se acumula algo de tierra o suelo.
Es una planta singular e inconfundible, con hojas grandes y gruesas de forma ovalada que posee de 5 a 9 nervios muy marcados, formando una roseta de la que brota una espiga alargada y cilíndrica en la que se agrupan gran cantidad de diminutas flores. También es conocida como ´llantén de hoja ancha`.
La corola es grisácea, verdosa o blanquecina, y tiene cuatro lóbulos, filamentos salientes y anteras marrones. Florece desde abril-mayo hasta octubre. El fruto es una cápsula que posee una cuantiosa cantidad de pequeñas semillas. En una misma planta es fácil y resulta curioso observar espigas en flor y sus propios frutos.
Al igual que los otros ´plantagos o llantenes` posee ancestrales y conocidas propiedades terapéuticas. Durante siglos sus hojas han sido utilizadas como medicina tradicional para reducir las inflamaciones, mejorar la digestión y favorecer la cicatrización de heridas.
Todas las especies de llantén son ricas en vitamina C. Suele recolectarse las hojas aunque puede utilizarse toda la planta. En infusiones se emplea para combatir la tos, catarros, bronquitis, asma, diarreas, ……. Este ´llantén mayor` habita en toda Europa, y en muchos lugares del planeta.
De los tres llantenes o plantagos más frecuentes que podemos encontrar en la región asturiana parece claro que el ´plantago major` es el menos vistoso en cuanto a sus espigas florales. Todos poseen interesantes propiedades con una amplia variedad de aplicaciones.
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