Otra llamativa planta, habitualmente utilizada como ornamental, que se ha asilvestrado en las zonas costeras de nuestra región, tanto en arenales y sistemas dunares como en acantilados, desplazando la vegetación original. Procedente de Sudáfrica está muy expandida en Asturias.
Posee un claro e intenso comportamiento invasor, una especie peligrosa para los ecosistemas naturales costeros. Además de reproducirse por semillas poseen una multiplicación vegetativa muy activa mediante estolones que brotan de los nudos caulinares y son capaces de enraizar.
Por otra parte los frutos carnosos son dispersados por roedores y gaviotas que se alimentan de ellos, pues poseen una composición pegajosa. También es preciso añadir que la planta es repudiada por los herbívoros debido a su desagradable sabor originado por su particular composición.
Es una planta perenne que genera numerosos tallos, largamente rastreros de varios metros de longitud y muy ramificados, formando tapices densos en taludes y roquedos. Las hojas son grandes, gruesas y carnosas, opuestas y de sección triangular.
Las flores son hermafroditas, muy grandes y solitarias al final de los tallos. Poseen una corona de estambres estériles, no producen polen, convertidas en falsos pétalos de color púrpura intenso. Florecen desde marzo hasta junio-julio. El fruto es carnoso con cuantiosas semillas.
Al parecer fue introducida en Europa, especialmente para fijación de dunas y taludes, a finales del siglo XVII en zonas próximas al mar. En la actualidad está incluida en el catálogo de especies exóticas invasivas, y prohibida su introducción en el medio natural de nuestro país.
Muy parecida al Carpobrotus acinaciformis existe el Carpobrotus edulis. Ambas especies son muy parecidas, siendo el color de sus flores el rasgo diferenciador más evidente que las distingue: en Carpobrotus edulis los pétalos son amarillos mientras que en C. acinaciformis son de color rosa o violeta.
Existen otras apreciaciones sobre el tamaño y grosor de las hojas y/o el tamaño de las flores como elementos de contraste, pero parecen ser válidos en algunas zonas aunque no en todas. Incluso se ha señalado a C. edulis como un invasor más agresivo que C. acinaciformis. Lo que está comprobado es que a menudo observamos extensas colonias naturalizadas con plantas de los dos colores a la vez.
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