Es una de las plantas más interesantes y atractivas de los sistemas dunares de todo el litoral de la Península Ibérica, una joya de la naturaleza que suele fascinar a los entusiastas de las plantas silvestres. El amplio y abierto Playón de Bayas en el concejo de Castrillón es un lugar ideal para ella.
Crece en los suelos arenosos y húmedos de playas y dunas de las orillas marinas, sobre todo cuando las dunas mantienen su estructura y condiciones originales. Está muy acoplada y ambientada al estrato de arena, resistiendo incluso las acometidas del agua del mar. Por cierto, es muy abundante en la región asturiana.
Posee fuertes y largos rizomas de donde brotan extensos tallos rastreros que llegan hasta un metro de longitud, a veces los podemos encontrar ligeramente enroscados.
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Las hojas son bastante carnosas y de color verde intenso por el haz. Poseen un largo peciolo, son enteras y con forma redondeada acorazonada, con una leve hendidura en el medio.
Sus vistosas flores son acampanadas y solitarias, con una corola grande de cinco pétalos soldados de color rosado con estrías blancas, creando un llamativo conjunto en forma de estrella en el interior de la flor. En el centro se aprecian cinco estambres con alargados filamentos. Florece desde abril-mayo hasta julio-agosto.
En estudios realizados sobre el estado de las plantas del litoral, nuestra hermosa ´campanilla de las dunas` se encuentra en un claro retroceso, sobre todo en algunas zonas de la Península, desaparecidas en muchas localidades, debido a la presión humana sobre su débil hábitat dunar.
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