De origen impreciso, se ha divagado y teorizado sobre si el origen de esta planta estuvo en Africa, Asia Central o China. En la actualidad se ha naturalizado ampliamente a través de muchas zonas del planeta pues se adapta fácilmente a diferentes ambientes, especialmente por su gran resistencia a la sequía, lo que ha podido favorecer su difusión natural.
En la región asturiana se distribuye de manera dispersa. La podemos encontrar en bordes de caminos, terrenos alterados, campos cultivados abandonados, arenales costeros, cerca de riachuelos… desde la costa hasta lugares cercanos a la montaña.
Ciertamente es una planta tóxica por lo que no debe utilizarse como recurso medicinal. El látex o resina y las semillas se empleaban para tratar verrugas y como laxantes tanto en personas como en veterinaria. En el presente está totalmente desaconsejado su uso en medicina popular.
Como detalle singular se suele plantar en praderías, huertos y jardines pues se cree que tiene la cualidad de expulsar y espantar a los topos.
Posee tallos herbáceos fuertes, simples y derechos, que pueden llegar hasta 150 cm. de altura. Las hojas no tienen peciolo y son oblongo-lanceoladas de color verde oscuro azulado. El nervio central al ser más pálido es peculiar y característico.
El tallo solo se ramifica cuando va a florecer con brácteas ovaladas-triangulares, puntiagudas, verdes brillantes, formando una especie de roseta floral. Las flores son pequeñas y verdes o verde amarillento, sin pétalos formando inflorescencias cimosas tipo umbelas con 3-6 radios. Florece desde abril hasta septiembre-octubre.
El fruto es una cápsula algo esférica y lisa, dividido en tres partes, que contiene numerosas semillas rugosas, marrones o negras.
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