El Cabo Peñas es un fascinante enclave del litoral asturiano ideal para deambular entre brezos y otras plantas, algunas subhalófilas capaces de tolerar un ambiente marino cargado de sal, dentro de un espacio natural considerado como Paisaje Protegido.
En este emblemático lugar pude localizar por primera vez a esta 'zanahoria de acantilado o zanahoria de mar', una umbelífera que se ubica en zonas próximas a la costa como son arenales, acantilados, camperas litorales, ......... casi siempre en lugares soleados. Se distribuye por la costa atlántica del oeste de Europa, por tanto suele ser frecuente a lo largo de toda la cornisa astur.
Lógicamente tiene gran parecido con la 'zanahoria silvestre' muy frecuente en prados y bordes de caminos de toda la región. Es una planta muy ramificada desde la base con tallos fuertes, entre verdosos y verde-grisáceos, y densamente cubiertos de visibles pelos. Llega alcanzar los 50 cm de altura.
Las hojas son alargadas, ovaladas, dentadas, irregulares y divididas en segmentos, más pequeñas en la parte alta de la planta, y pobladas de pelos sobre todo en nervíos y peciolos. Posee brácteas divididas en lóbulos lanceolados pelosos. Su raíz es fibrosa y blanquecina.
Las flores se agrupan formando umbelas convexas, entre semiesféricas a planas durante la floración, con 25-40 radios desiguales y peludos, pedúnculos largos. Curiosamente la flor central es estéril y purpúrea, y actúa aparentando un insecto para atraer a otros, y así fomentar la polinización. Los pétalos son de color blanco, a veces teñidos de púrpura. Florecen desde abril-mayo hasta octubre.
Al igual que en la mayoría de las otras subespecies de ´Daucus carota` su raíz tiene propiedades cicatrizantes, antidiarreicas, ricas en vitamina C, y especialmente diuréticas o "meonas".
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